Arquitectura e infraestructura para el desarrollo. La construcción del territorio argentino en la segunda fase del proceso de industrialización (1960-1975)

En el auge de la planificación desarrollista promovida por organismos internacionales, los gobiernos argentinos que se sucedieron entre los golpes de Estado de 1955 y 1976, estuvieron en sintonía al impulsar la industrialización.

Esta tesis hace foco en la obra pública suscitada en esos años, ligada a sectores económicos fundamentales para el proceso de industrialización pesada que, por su escala, impactó en la configuración del territorio argentino. Más específicamente, este estudio se focaliza en el periodo 1960-1975, delimitado por el tratado interprovincial para la construcción del Túnel Subfluvial y el proyecto para la fábrica de Papel Prensa.

Las obras incluidas en ese lapso de tiempo manifiestan que la arquitectura hizo eco de las demandas específicas del modelo económico. La investigación se propuso: (1) explicar las condiciones de producción de la obra estatal desarrollista en Argentina; (2) identificar coincidencias y divergencias entre las políticas de planificación y la efectiva ejecución de obras para industria, energía y transporte, y sus implicancias sobre el territorio; y (3) caracterizar las
arquitecturas e infraestructuras resultantes.

A través del registro de obras y la construcción de mapas que las localizan, este estudio constata, por un lado, que a pesar de que las políticas de planificación se propusieron abastecer equitativamente el territorio, su efectiva materialización en obras para los sectores de industria, energía y transporte no fue consecuente. El abastecimiento se circunscribió a las regiones del país que ya contaban con recursos, redes de comunicación y actividad productiva plena (Región Centro) y sólo en algunos casos a regiones que cobraron protagonismo (Comahue).

Por el otro, características como nuevos programas constructivos, saltos de escala, diferentes modos de gestión de la obra pública, actores extranjeros involucrados, experimentaciones estructurales y constructivas, dinamización territorial, y tendencias disciplinares específicas, posibilitan establecer cierta representatividad del modelo desarrollista en cada obra. En este sentido, su localización en el mapa permite visualizar en las provincias las desigualdades de receptividad del desarrollismo, tal como se lo entendía en aquellos años. Estudios de este tipo
permiten seguir problematizando la arquitectura desde el campo de la historia, repensar el rol del Estado como planificador de obra pública y aportar al debate vigente sobre el desarrollo de la industria nacional.