“Tectónica del detalle arquitectónico y su didáctica en el taller de proyecto»

No cabe duda que uno de los atributos de la arquitectura es la visibilidad, no sólo porque lo es legítimamente, sino porque a partir de la caracterización del objeto como paradigma de la arquitectura moderna, ésta se apreciará mucho más si sus valores pueden expresarse en términos visuales. Actualmente podemos comprobar que este acento puesto casi exclusivamente en el campo de lo visual ha llevado a excesos escenográficos en obras de Arquitectura consideradas paradigmáticas, especialmente motorizadas por los más importantes medios gráficos de la especialidad que han puesto en lo fotogénico su principal interés, por la seducción y capacidad de transmisión que ejercen las imágenes. Esta lectura del panorama actual de nuestra disciplina nos permite reflexionar que la arquitectura ha sido secuestrada por la cultura visual. [1]

Creemos que lo único que, tal vez, podría liberarla de su encierro es aceptar la importancia de la materialidad y sus múltiples discursos, que justifiquen y nos permitan valorar una obra de arquitectura desde un equilibrio, siempre tenso, entre las tres culturas: la Textual, la Visual y la Material.[2] Las escuelas de arquitectura no han sido ajenas a esta sobre valorización de la cultura Visual, en detrimento de la cultura Material. La realidad, en nuestro país,  indica que gracias a un modelo de enseñanza que se ha encargado de separar las estrategias proyectuales de los conocimientos del campo material y técnico, se ha generado una falta de articulación e integración entre estos dos campos del conocimiento que ha llevado a la necesidad de recalificar y volver a precisar las relaciones que se establecen entre ellos.

Encontramos en la dimensión del detalle arquitectónico una expresión particular y representativa de esta problemática y, al mismo tiempo, un modo de entender la arquitectura, una ideología arquitectónica. De ahí la necesidad de abordar temas generales para tratar de definir el significado del detalle. El conjunto global de la obra arquitectónica está estrechamente integrado a los detalles, a su diseño y a su cualidad. Exaltación del detalle, detalle en «grado cero», ausencia del detalle, detalle como  composición, «detailing», definen distintas miradas y actitudes sobre esta relación, siempre tensa, entre el detalle y la obra de arquitectura, entre las partes y el todo, o esa totalidad, entendida como un continuo con «momentos» que vislumbran decisivos para su definición.

Este trabajo persigue como objetivo principal que los estudiantes y arquitectos sean conscientes de la importancia del detalle, ya sea como parte visible de una tradición constructiva o invisible a los ojos, en la concepción de una arquitectura que prescinde del ensamble. Bajo esta mirada la importancia del detalle aparece en tanto se tenga claro el tipo de arquitectura que se quiere hacer, es decir, no como la consecuencia de una resolución eminentemente técnica sino como el resultado de una integración entre los campos proyectuales y técnico-material.

Esta condición define el abordaje de la metodología que nos permitirá, a partir del estudio de casos, entender la importancia del detalle en el proceso configurador de la forma arquitectónica y volver a precisar, de esta manera, cuáles son las relaciones que se producen entre estos dos campos.

[1]  SARQUIS Jorge, “La Arquitectura en la encrucijada de tres culturas: Textual, Visual y Material”.

[2]  Ibid. 2.